EL GRAN LYNCH
Ha muerto un genio. Este hombre misterioso, renacentista
(cineasta, escritor, pintor, fotógrafo, músico…), que entendía la normalidad
como una tara.
Creador de mundos perturbadores, de miradas hacia el horror
que se encuentra dentro de nosotros, al acecho, bajo la apariencia de lo
normal. Como decía un personaje en la fabulosa “Terciopelo azul”, el mundo es
extraño.
Eso tenía en común con el maestro Hitchcock, así como también por un sentido del humor (negro), feroces caricaturistas ambos, escondidos detrás de una virtuosa puesta en escena.
Su cine giraba alrededor de personajes cuyos aspectos
ocultos de su personalidad salen de la oscuridad a la luz… de ahí que en varias
películas suyas los personajes vengan de esa oscuridad. Ejemplos son la
princesa Irulan (Virginia Madsen) en “Dune”, Sandy (Laura Dern) en “Terciopelo
azul” o ese Bill Pullman saliendo de la negrura de un pasillo en “Carretera
perdida”.
Otra cosa que marcó también sus películas fue esa obsesión por la imagen más que femenina de lo femenino. Hasta en sus historias sin mujeres protagonistas, son ellas las catalizadoras de la narración… Pero es en “Twin Peaks” donde se sublima esa idea, mostrándonos esa obsesión de manera coral, desde la presentación de Laura Palmer, pasando por Donna, Madeleine, etc.… Incluso, como hizo Hitchcock en “Vértigo” duplica el personaje principal con la misma actriz.
Como decía el gran Juan Marsé… ‘A pesar de crecer y por mucho que uno mire hacia el futuro, uno crece siempre hacia el pasado, en busca tal vez del primer deslumbramiento’ y eso me hace pensar en la nostalgia, la nostalgia del momento en que vimos sus películas por primera vez, porqué, qué sería el cine sin la nostalgia, que es como un paso del tiempo que ama la vida sin temer a la muerte.
Bueno, que me estoy poniendo muy filosófico… aprovechemos el
momento para ver o para revisitar su filmografía para volver a sorprendernos y
a sentir esa cosa rara en tu interior que muy pocos directores consiguen.
Y compartamos nuestras impresiones. ¡Cuánto más significativas
se vuelven las películas cuando las compartimos!
Mi historia con este grande del celuloide es especialmente significativa, porque me ha hecho entender lo difícil que es a veces entender a los genios, y lo injusta que es la gente (ojo, no de mala fe, o al menos no siempre).
ResponderEliminarYo no vi Twin Peaks cuando la emitieron en los 90. Bueno, es peor que eso, la empecé a ver y a los pocos capítulos dejé de verla, y me uní al bando que la ninguneaba y denostaba. Pero el tiempo pone siempre las cosas en su sitio. Con el anuncio de la nueva entrega 25 años después de la serie original, decidí verla entera. También es verdad que ya no soy el mismo pipiolo veinteañero, pero me emocionó descubrir un universo tan rico y tan personal. Personajes llenos de vida, extraños, misteriosos, alegres, simples, desquiciados... (por favor, la Dama del Leño).
Con mi nueva perspectiva visioné la nueva entrega de Twin Peaks "el regreso", y reconozco que aguanté 16 de los 18 episodios preguntándome si David Lynch es un maldito loco que me estaba haciendo perder el tiempo o un maravilloso genio capaz de hacer cambiar a las personas de un modo profundo. Entonces llegó el penúltimo capítulo, y te das cuenta de lo grande que fue este hombre, y cómo ha ido preparándote y haciéndote pagar un elevado precio a base de paciencia y desconcierto... para conseguir hacer que llores de alegría (literalmente) al volver a ver al bueno de Cooper regresando al viejo pueblo a solucionar de una vez por todas el misterio de Laura Palmer.
Tengo todavía algunas películas de Lynch que no he visto nunca: Mulholland Drive, Una historia verdadera... ahora reservaré momentos especiales para verlas por primera vez, porque sé que va a ser muy difícil (por no decir imposible) que otro director sea capaz de sacudirme por dentro como lo hizo, como lo hace, el gran David Lynch.
Gracias maestro.