CARRETERA PERDIDA (Lost highway, 1997)

 


Sobre esta película siempre se ha dicho que puede parecerte una obra de arte o una bazofia infumable, pero que no deja indiferente. Así era David Lynch, o entras en su mundo, pagando el abismal precio que supone, o te quedas fuera y aprovechas mejor la tarde.

Sinceramente, después de ver Carretera perdida, me reafirmo en mi opinión (que lo mío me costó asumir, no creas) de que Lynch fue un auténtico genio. Lo que pasaba por su cabeza con ese pelazo, es un auténtico misterio. Lo que está claro es que contaba sus obsesiones como le daba la real gana, y no se molestaba en intentar aclarar nada. Esa es la magia de su cine.

Ojo a partir de aquí que hay "destripe", como dice el amigo Neopleno...

En este filme, Lynch vuelve a su obsesión con la mente humana, el mal, la esquizofrenia, los celos, la violencia, el amor obsesivo, todo junto, todo hermosamente revuelto. Un magnífico Bill Pullman interpreta a un músico de jazz que vive con su hermosa mujer (maravillosa Patricia Arquette), bueno o eso parece (ya empezamos). La historia se vuelve virulenta al poco de empezar, primero unos extraños vídeos que alguien está grabando de su casa y de su interior, un atroz asesinato, un extraño cambio de personalidad (literal), una nueva historia que nada tiene que ver con la primera parte con un actor diferente (un correcto Batathzar Getty), el mafioso de turno (tremendo Robert Loggia), un personaje misterioso que hace de vínculo entre las dos historias (inquietante Robert Blake)... para mí es un nuevo viaje Lynchiano al fondo de una psique retorcida y torturada por algún tipo de Mal que aflige a los seres humanos desde tiempos atávicos, un bucle infinito (el comienzo de la película y su final están enlazados magistralmente), con un final angustioso.

Si hasta aquí la cosa ya pinta bien, se introduce en la ecuación la magistral música y ambientación de su Badalamenti de siempre, con sorpresas como Rammstein (¡Rammstein!) y Richard Pryor con un papelito que hace las delicias de uno, la imaginería de Twin Peaks por todas partes (ahora comento al final lo mejor, para mí, de la película, relacionado con eso), el cameo de Marilyn Manson (sic), en fin... yo no sé los demás, pero para mí el elevado precio de pasar al bando de Lynch y poder disfrutar de todo esto me parece una de las mejores inversiones que se puede hacer desde el punto de vista cinematográfico.

Ah sí, lo de Twin Peaks... la película es de 1997, cinco años después del bombazo que supuso la serie original. Indudablemente hay reminiscencias a la serie, pero lo asombroso, cuando realmente te das cuenta de lo increíble que era la mente y la obsesión de David Lynch con sus historias, es cuando aparecen en la película imágenes y escenas que voy a ver en la continuación de 2017, ¡veinte años después! La cabaña del desierto/la tienda de conveniencia con su extraña iluminación, el desierto por la noche/el famoso episodio de "Gotta light?", el tiempo revertido... Lo dicho, solo espero que puedas acabar disfrutando de su cine y de una vida dedicada a contar una obsesión de una manera única e irrepetible.

Comentarios

  1. Estoy en general de acuerdo con casi todo lo que dices... pero mi interpretación de la película, y creo que también la de Lynch, es lo que se llama fuga disociativa.
    Destripo: El protagonista, sea el que tú quieras, ha matado tanto a su mujer como a Loggia y el bigotines, pero por esa fuga disociativa, no recuerda nada. Toda la peli es como va forzando a su subconsciente a ir recordando lo que ha pasado. Luego, al gusto de Lynch, muchas cosas de la película admiten varias interpretaciones, posiblemente todas válidas.
    Ya lo dice Fred.... "a mí me gusta recordar las cosas a mi manera"
    Ya hablaremos en directo de ella para afinar detalles.

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