JESUCRISTO SUPERSTAR (Jesus Christ Superstar, 1973)

 



Lo primero y más importante, la música es la ostia. Ya se que no es precisamente una sentencia muy elaborada y cultureta para comenzar una reseña, pero es que me ha salido del alma (ya veis por el vocabulario que me he zambullido en la mística de la religión cristiana).

Bromas aparte, estamos ante una adaptación que se hizo en su momento de la obra teatral-musical creada por el genial Andrew Lloyd-Webber y Tim Rice. Originalmente se publicó un album conceptual en el año 1970, donde la voz de Jesucristo la ponía Ian Gillan, que se encontraba formando el mítico grupo de rock Deep Purple. Al año siguiente en 1971 se estrenó la escenografía musical en Broadway, ya que el disco había tenido más éxito en EEUU que en Europa. Siendo un éxito de crítica y público, rápidamente se pusieron manos a la obra para crear esta adaptación a la gran pantalla.

Lo bueno de esta película, además de la música, es que no puede haber destripe... creo que a estas alturas hay poca gente que no conozca la historia con bastante detalle del Hijo de Dios según los cristianos.

Interpretada por Ted Neeley como Jesucristo, un baterista y cantante que había aparecido en el documental de Sonny & Cher y Carl Anderson en el papel de Judas, fue dirigida por el recientemente fallecido Norman Jewison, que venía de rodar el aclamado musical El violinista en el tejado.

Jesucristo Superstar es una minimalista visión de la muerte de Jesús de Nazaret y el nacimiento de Cristo, según la mitología cristiana. Con apenas algún decorado natural y un atrezo mínimo y anacrónico, se las apañan para contar la historia de una forma muy amena y fiel al musical de Broadway. Como curiosidad, los exteriores están rodados en Palestina, y los tanques y aviones que aparecen en la película fueron cedidos por el ejército israelí. Está claro que eran otros tiempos... La película fue censurada inicialmente en España y en otros países, y hasta 1975 no pudo verse con los subtítulos apropiados. Durante bastante tiempo hubo división de opiniones entre los fieles religiosos, desde curas que la recomendaban y la utilizaban en catequesis hasta fieles que protestaban e impedían su proyección en los cines. Menos mal que llegó Camilo Sesto y zanjó de una vez por todos el tema creando una versión en español que se hizo muy popular y apreciada durante los siguientes años.

En resumen, una película amena y valiente con unos temas musicales espectaculares. Si eres fan de los musicales no puedes perdértela.

Comentarios

  1. Para mí esta película tiene un recuerdo imborrable... la expectación que se creó en su día, las colas para verla en el Palafox, etc. Cuando la vi salí fascinado, por la música, las canciones y por María Magdalena, que me emocionó de manera especial.
    Grandísima ópera rock

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