ANORA (2024)
Sean Baker lo ha vuelto a hacer. Nos vuelve a obsequiar con
otra pequeña joya en su corta carrera. Esta vez es un melodrama a lo Scorsese
pero sin la dureza de este. Sin dureza en el tratamiento de los personajes ni
en cómo se resuelven los conflictos.
Extraordinaria película de personajes dónde todos tienen una
historia que contar, y todos están soberbios.
Hay quien dice que la película es larga… pero será porque no
han entrado en una trama que nunca sabes dónde va a parar en cada escena, convirtiéndola
casi en un thriller-comedy imprevisible.
Destripado:
Es una vuelta de tuerca a la Cenicienta, una “Pretty Woman”
a lo ‘indie’.
Anora es una bailarina erótica que una noche encuentra a su
príncipe azul (o eso cree ella), príncipe ruso destinado a heredar las riquezas
de sus padres, y que se encuentra en EEUU disfrutando de su último viaje (¿para
aprender bien inglés?) antes de ponerse a trabajar para la familia.
Cuando su relación se vaya de madre (¡que se casan!) empieza
la vorágine personal y familiar para destruir lo bello que, aparentemente, han
creado.
Continuamente la película parece que va a desembocar en violencia
(dónde llegaría ese Scorsese que conocemos) pero lo elude de manera magistral para
reconducirnos al cuento de hadas sin salida para luego volver a él de la manera
más bonita que recuerdo.
Nadie es lo que parece en esta pequeña obra maestra de uno
de los mejores directores actuales.
Ya hace una semana que la he visto y no se me van de la
cabeza sus personajes.
Corta pero inmensa carrera, la de Baker, hasta el momento. Desde que descubrí su Proyecto Florida (llegué a él bicheando en la filmografía del maestro Dafoe) no ha hecho más que darme buenos momentos. Aunque Anora no llega para mí a ser tan redonda como aquella, es también una gran película al más puro estilo de Sean Baker: emotiva, desgarradora pero esperanzadora, simpática a pesar del entorno hostil, inteligente, muy divertida (la escena de la pelea en la casa es descacharrante), unos personajes que como bien dices no te los quitas de la cabeza (por favor un Oscar para Yuri Borisov), el tradicional final sorprendente... sorpresivo... bueno como se diga...
ResponderEliminarPor favor, quiero más de este director.