LA INFILTRADA (2024)
Tenía ganas de ver la que según muchos era una historia trepidante y cruda sobre una infiltrada en ETA. Al final, no se salva del suspenso por las interpretaciones de sus actores, en especial una gran Carolina Yuste.
Destripe:
La película tiene un problema claro con los tiempos a la
hora de contar las cosas. Va para adelante y para atrás sin mucha conciencia de
lo que hace las más de las veces. Y otro con lo esquemático de los personajes.
Vamos al detalle…
Para ser una infiltrada y aguantar lo que eso conlleva, todo
el riesgo sin nada de recompensa, tienes que ser alguien muy muy especial. Y aquí
eso no se nos cuenta. La protagonista es entrevistada por Tosar y pasa de decir
que no tiene novio, lo que es mentira, a decir rápidamente que sí, que quiere
estar en primera fila, sin habernos dado ni una pincelada de ese compromiso e
idealismo que en teoría tiene.
Los diálogos de Tosar con su jefe son de traca… no hay quien
se los crea.
Los grandes momentos de tensión están claramente ‘preparados’,
en un recurso copiado de las malas pelis americanas.
Por último, poco favor hace a los cuerpos de policía, porque
los retrata como unos auténticos inútiles. Los seguimientos y la protección son
de risa, no sé cómo consiguió sobrevivir la infiltrada tanto tiempo. El final
con la historia del gato ya es de serie B… nadie se da cuenta de que ETA sabe
su nombre original en Logroño, por lo que podrían haber ido a por su familia.
Los de ETA aparecen directamente como tontos, ya sea el
inocente o el malvado,
En fin, una nueva decepción en las expectativas de una
película española.
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